Noticias y Tendencias

Es posible que en este punto de la pandemia todos nos hayamos compartido una mesa de conferencias virtual con uno o dos avatares, leído sobre cómo va a suceder la colaboración en un panorama de realidad híbrida y hayamos especulado con la posibilidad de que algún día la Inteligencia Artificial (IA) pudiera reemplazar algunos cuantos ejecutivos dedicados a procesos numéricos y estadísticos. Pero incluso con todo el rumor sobre las máquinas, todavía hablamos mucho de los humanos cuando miramos el año que tenemos por delante.

Incluso en un mundo en el que las métricas y el análisis reinan, el humano es el juez decisivo del éxito en un diseño audiovisual colaborativo. “Me gusta hablar con gente que realmente no habla de tecnología y ver lo fácil que es”, comenta Sharath Abraham, Gerente de Ingeniería de AVI-SPL. “Porque en el futuro, no creo que vayamos a fundamentar los productos en la tecnología. Vamos a basarlos en el usuario, que debería haber sido el foco de todos modos. Si realmente pensamos en quién está usando los productos físicos y el software, son los gerentes de recursos humanos, enfermeras, médicos, abogados, representantes financieros; y estas son las personas que no quieren tomarse veinte minutos para averiguar cómo comenzar una reunión".

En la última década, esta es una perspectiva que ha evolucionado al mismo ritmo de la simplificación de las salas de reuniones. Entre más hablamos con los usuarios finales sobre sus necesidades reales y hábitos de trabajo, mientras hacemos el proceso de preventa de una instalación, a menudo los requisitos del sistema son bastante simples. Y como resultado, los sistemas AV no solo son más fáciles de usar, sino que es posible que se requieran menos elementos de hardware para que sean útiles, ya que los fabricantes se esfuerzan por ofrecer más soluciones todo en uno. Eso es algo bueno, señala Abraham, "porque menos tecnología en el espacio significa menos posibilidades de falla, lo que representa menos llamadas de servicio, lo que se traduce en clientes más felices".

Pero no se preocupen, aún hay algunas herramientas nuevas para vender en estos espacios de tecnología minimalista. Primero, a medida que los humanos continúen trabajando de forma remota y en escenarios híbridos, habrá un énfasis aún mayor en cámaras y micrófonos de mayor calidad. También es hora de hacer una actualización de los dispositivos estándar de las computadoras portátiles. Y mientras eso sucede, será el momento de renovar las salas de reuniones con pantallas a escala humana que ayuden a quienes participen de forma remota a sentirse parte integral de la conversación.

Además, la integración fluida de varios servicios de conferencias basados en la nube y la programación de sistemas de control inteligente en el back-end hará posible que los usuarios transiten sin problemas de la configuración de su oficina en casa a la tecnología de una sala de reuniones. O, como resume Abraham, "¿Se trata de cuán fácilmente puede desempeñarse un usuario final desde el home office y luego integrarse a su lugar de trabajo y continuar su labor sin interrupciones debido a la tecnología complicada?"

Pero, obviamente, hay algunas aplicaciones en las que una tecnología compleja es exactamente lo que se necesita. Ahí es donde nos adentramos en todos los aspectos divertidos del futuro: AR, VR, MR, XR, AI y ML. Los dos últimos hablan principalmente de análisis de datos y visualización por ahora (ese es un tema para otra historia), pero para escenarios de investigación y desarrollo, ingeniería, diseño, médicos y educativos altamente especializados, las configuraciones de realidad combinada proporcionarán un acceso colaborativo esencial a activos digitales compartidos, particularmente a medida que se afianza el diseño 3D virtualizado y la creación rápida de prototipos.

Por supuesto, estas opciones avanzadas no son para todo el mundo, pero adquirirán una importancia cada vez mayor en el lugar de trabajo y ahora pudiera ser el momento de familiarizarse con ellas. "Es la oportunidad perfecta para convertirnos en expertos en AR y VR", dice Abraham, incluso si estas tecnologías todavía no aparecen en nuestras órdenes de compra. “Investiguen, jueguen con ello, comprendan cómo pueden aportar valor; porque aún es pronto para saber cómo se utilizarán para aportar valor y el precio sigue siendo alto”, observa. Pero será valioso “si la industria puede comprender la Realidad Aumentada y la Realidad Virtual y cómo se incorporan fácilmente con los sistemas AV, y luego pensar en cómo explicarlo a los clientes y usuarios sobre cómo será útil y cómo generará beneficios en inversión. Se trata de comprender la tecnología y luego saber cuándo hablar sobre la tecnología con sus clientes".

Ahí está de nuevo, el factor humano. Traduzcan las capacidades de las nuevas tecnologías, después entreguen un sistema fácil de usar y observen cómo prosperan las reuniones y los espacios de colaboración.